viernes, 28 de junio de 2013
jueves, 27 de junio de 2013
Los caminos del Señor son inescrutables. Pero del todo, vamos.
Vaya por delante que todos tenemos claro
que la cabeza del señor David Hierro se mueve en el delgado límite existente
entre algún resquicio de coherencia y la locura más absoluta. Pues tocó locura.
Un buen día se presentó David con un
relato sobre ángeles, mafiosos, asaltantes de casas, fiscales de Dios, sexo
explícito… un imaginario y unos personajes que se mezclan en un potaje
imposible a todas luces, pero que David consigue hilvanar en una historia loca
y atractiva. ¡O al menos eso le dijimos!
Sin necesidad de hacer un desglose de
guión ya vemos que el relato incluye un montón de personajes, figurantes y
localizaciones diferentes, armas de fuego, sangre, tiroteos y líneas de diálogo
infinitas. Pero no, ¿por qué asustarse? ¡Vamos a convertirlo en cortometraje,
venga!. ¿Cómo? Pues no lo sabemos, pero hagámoslo. Nosotros somos así, del
género impulsivo.
Ya metidos en el ajo, David consigue
desplegar esa magia hipnótica mediante la cual sería capaz de convencer a los
Slipknot de hacer un dueto con Hannah Montana. Finalmente Hannah desistió por
problemas de agenda, pero David consiguió una legión de colaboradores
dispuestos a participar como actores, figurantes, técnico de sonido, maquilladora,
un pub en pleno Eixample, una casa en Lliçà, efectos especiales y varias
pistolas que una vez acabado el rodaje, seguían generando dudas sobre su
autenticidad.
En definitiva, sin saber ni cómo, se
vieron reunidos una treintena de individuos, la gran mayoría sin experiencia
previa en el mundillo del cine, pero dispuestos a darlo todo por llevar
adelante la película más absurda jamás filmada, con permiso de "Amanece
que no es poco". Lo que comenzó siendo una gamberrada de serie B, fue
degradándose poco a poco a serie C, D, E… y una vez llegados a postproducción,
posiblemente consiga la categoría de serie Z en regional preferente.
¿Pero a quién le importa el resultado?
Bueno, suponemos que que debe tener alguna importancia, pero vamos a remitirnos
a ese dicho sabio y popular que reza "que nos quiten lo bailao".
Porque pasarlo bien, lo pasamos. Reirnos, nos reímos. Comer, comimos como
auténticos vikingos porque alguien del reparto hacía unas croquetas del tamaño
de sandías, que estaban estupendas. Amen de la tortilla de patatas, embutidos y
cantidades ingentes de cerveza. Aquello era lo más parecido a una convención
gastronómico-psicodélica, porque comerte unos pistachos con San Gabriel a un
lado y un mafioso de la costa levantina al otro, tiene su qué.
En definitiva, durante unos días jugamos
a hacer cine. Y aunque pueda sorprender leer esto, el modo de hacerlo fue muy
parecido al cine de verdad. Porque hubo luces, cámaras y mucha acción. Hubo
llamadas de "silencio, rodamos", lecturas de claqueta con toma uno,
dos, tres… y dieciocho en algún caso. Hubo cambios de lentes, de vestuario,
maquillaje y sangre. También hubo catarsis colectiva en el momento en que
aparecieron "los fiscales de Dios" en el set de rodaje, con sus
espectaculares trajes blancos magníficamente diseñados por Aïda. O momentos de
concentración absoluta cuando Ignasi respondía con su "sonido
dentro", o David y Mireia organizando la logística con precisión casi
germánica. Hubo profesionalidad, mucha profesionalidad de Alba en el impecable
seguimiento y anotación de todos los planos, tomas y escenas que han sido
vitales en la postproducción. Y sobre todo, mucha implicación y trabajo de todo
el equipo técnico y colaboradores, que fueron muchísimos.
Mención aparte para los actores, que
muchos de ellos, de hecho todos salvo un par de excepciones, nunca habían
actuado ante una cámara. El nivel de energía que nos regalaron fue bestial. El
nivel de esfuerzo para memorizar y aprenderse de carrerilla las líneas de
diálogo, encomiable. Y sobre todo, la capacidad de entrega y paciencia en el
momento de repetir hasta el aburrimiento algunas escenas, sin desfallecer y a
pesar de que el director se empeñaba en decir una y otra vez que la toma era
buena. Pero que la repetíamos.
En definitiva, después de algunos meses,
más de los deseados, el proceso está llegando a su fin, casi acabada la
postproducción. Francamente, no sé cual será el resultado. Sé que resulta
sorprendente, después de haber visto el montaje hasta la saciedad y de haber
hecho mil cambios, retoques, arreglos. A pesar de todo eso, confieso que en el
momento en que me siente junto al resto del equipo para ver el estreno, con una
cerveza en la mano y completamente acojonado, tendré la sensación de ver la
película por primera vez y será en ese momento cuando tendré una visión real
del resultado.
Estoy seguro de que técnicamente me
horrorizará, que todos veremos cien mil fallos de montaje, de ritmo, de sonido,
de actuación… muchos pensaremos que éste o aquel plano deberían haberse rodado
de nuevo y que algunos pensaréis que si os hubiesen dado la oportunidad de
repetir esa toma, habría quedado mucho mejor. Técnicamente es un pequeño
calvario por el que tenemos que pasar todos. Esa sensación de "me esperaba
mucho más". Les ocurre hasta a los
grandes profesionales.
Pero también sé que la próxima vez saldrá
mucho mejor y sobre todo, que por unos días un grupo de locos conseguimos
llevar a cabo algo totalmente imposible. Que jugamos a hacer cine, del de
verdad, del de la claqueta y el "silencio, rodamos". Y que durante
esos días, todos, absolutamente todos, desde los actores principales hasta el
más modesto y ocasional de los colaboradores, compartimos un nivel de
entusiasmo, entrega y energía que para sí lo quisieran las mejores productoras
de cine de este país.
No sé qué ocurrirá con Los Caminos una
vez estrenado y pasados unos meses. Probablemente volveremos a ver la película
de vez en cuando y nos reiremos, o bien desearemos olvidarla cuanto antes y
centrarnos en nuevos proyectos. Lo que sí tengo claro es que siempre me voy a
sentir un privilegiado por haber tenido la oportunidad de compartir esta
experiencia con todo el equipo de gente que ha participado en Los Caminos.
Nos vemos en la alfombra roja y aunque
seamos protagonistas de una película de serie B, o Z, o vaya usted a saber,
vamos a pisarla orgullosos.
Abrazos a todos los Caminantes.
miércoles, 26 de junio de 2013
martes, 25 de junio de 2013
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