viernes, 3 de mayo de 2013

Human Trash II


Reciclator lleva a Roc a un lugar extrañamente familiar, decorado por un interiorista que tuvo alguna pesadilla sobre un taller artesano o un laberinto con muchoes Minotauros. O ambas cosas. Roc observa a varias personas trabajando en el lugar. Los trabajadores, con movimientos repetitivos y armónicos, no levantan la cabeza de lo que llevan entre manos.

Reciclator acompaña a Roc hasta una mesa donde un muchacho delgado y febril, calienta vidrio en un soplete mientras murmura constantemente el nombre de Wellington. Aunque se muestra hábil con las manos, da señales de que su tren del razonamiento descarriló en algún lugar lejano.

- ¿Quién es? - pregunta Roc. Me resulta familiar...
- Lo dudo – contesta Reciclator. Se trata de Ferran, un auténtico despojo humano. Fumador habitual de pieles de plátano. Cuando llegó aquí no recordaba ni su nombre. Le hice creer que era Napoleón Bonaparte para mejorar su autoestima y al principo funcionó... pero desde hace dos días, cada vez que se le rompe una figura de vidrio acusa al Duque de Wellington.
- ¡Maldito Wellington! - grita Ferran al romperse el caballo que estaba haciendo en ese momento. ¡TE MATARÉ, MALDITO BASTARDO INGLÉS! - ruge con una buena dosis de ira incontenible.
- Enfermera, una mamada al vidriero loco para que se calme, por favor – ordena Reciclator. Ya ve usted que nos gusta tratar bien a nuestros clientes, por llamar de alguna manera a toda esta gentuza...

Roc tarda algunos segundos en alejar su mirada de la maravilla de enfermera que acababa de aparecer junto a Ferran... pero la zarpa de Reciclator lo agarra con firmeza hasta llevarlo a un rincón lleno de botellas vacías.

- Bien, bien, bien. Este va a ser, a partir de hoy, su lugar de trabajo. Le voy a contar en qué consiste. Es tan sencillo que hasta alguien tan estúpido como usted lo entenderá. Esas botellas que hay aquí, son una metáfora de todas las que se ha bebido en los últimos meses. Ahora usted deberá cogerlas una a una y grabar sus recuerdos en ellas. Los buenos recuerdos, los malos recuerdos, los recuerdos calientes, los recuerdos de mierda... absolutamente todos.
- Yo no sé grabar – dice Roc algo sombrío.
- Claro, claro – responde Reciclator. Usted no sabe grabar porque no es un aparato de radio cassette, ¿verdad? ¿VERDAD?
- No - dudó Roc.
- Pues ahora SÍ. Porque yo soy un jodido mago. Ahora usted es un precioso aparato de radio cassette, yo le doy al REC – dice Reciclator tocando la frente de Roc - y puede grabar todas esas botellas con sus recuerdos. Empiece y no pare hasta que termine la última de ellas – ordena Reciclator antes de desaparecer.

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